Social Icons

twitterfacebookgoogle pluslinkedinrss feedemail

Social Icons

martes, 4 de noviembre de 2014

El Real Muermo

Quizá suena duro, o quizá demasiado sincero, pero el equipo de Chamartín sirve para anestesiar a un hiperactivo, para dormir elefantes. Una partida de billar da más morbo que un partido de este Madrí, vaya.

El Real Madrid ganó ayer un partido sin brillo, incómodo y trabado, muy trabado. El Levante UD salió a presionar arriba y a no dejar pensar a Khedira, ayer como medio centro organizador del juego, Isco, que siempre arrancaba desde posiciones de centro del campo siendo mediapunta, y compañía. Durante la primera media hora, los merengues no llegaban a trenzar jugadas de peligro, topándose de manera repetida ante el muro levantinista, muy bien posicionado durante toda la noche. Ni siquiera por bandas, donde Coentrao y Arbeloa no tuvieron la tarde-noche de cara. En momentos así, uno se plantea que concurran jugadores como Marcelo, Carvajal o Nacho, por aquello de intentar cambiar lo que funciona a ratos y malamente.
Es cierto que Diego López está a un nivel bueno, que Sergio Ramos ejerce de capitán y tira del carro cuando las cosas van mal y que Cristiano es incansable siempre, pero es tan veraz como que, a mi modo de ver, Benzema no da pie con bola y que la actitud general del equipo, salvo en los últimos minutos, fue muy deficiente, sobre todo en defensa. Este Madrid no encuentra una disposición táctica con la que conectar a los defensores con los centrocampistas, y a estos con los mediapuntas y delanteros, así como con los extremos, que solo se sacan lustre cuando está Marcelo, bastante inspirado en este inicio de temporada.

Hubo jugadas como las manos de Héctor Rodas tocando el balón en el área pequeña, o la falta de Ronaldo que se marchó por poco, pero hasta que el Madrid no encajó los goles, no reaccionó. El primero, un gran remate de Babá Diawara a centro de Xumetra ante el que nada pudo hacer Diego López. La reacción llegó con un gran derechazo en el aire, acrobático de Sergio Ramos para poner el empate en el marcador. El central de Camas siempre estuvo presente en los saques de esquina. El segundo tanto de los valencianos fue fruto de una buena jugada personal de El Zhar, que tuvo bloqueado a Sergio Ramos, el cual no consiguió despejar el balón que poco a poco se iba perfilando para ir dentro de la meta del portero gallego del Real Madrid, de cuyo error en el despeje del esférico parte la jugada del gol granota. Varane estaba al lado y no la olió tampoco. Un lance del partido que dejó en evidencia a los defensores vikingos.

Y entonces, llegó eso tan intrínseco en la historia del conjunto blanco: la remontada épica. El empate vino de Morata, que se escabulló bien de los defensas rivales y aprovechó un buen pase de Varane, que a su vez recibió otro bueno de Jesé, que entró sustituyendo a un apagado Benzema.

Y el tercero, el de la victoria merengue, surgió del crack de Madeira, que exhibió poderío físico- en el más amplio sentido de la palabra- y gran calidad para marcar un gran gol desde un extremo del área pequeña que, antes de colarse en el arco de Keylor Navas, tocó en Juanfran para desviar la trayectoria que se antojó letal.

El espíritu de siempre en el Real Madrid, el sublime. El juego ya fue otra cosa. El Levante mereció algo más que una derrota de la que se deben sentir orgullosos. De perder, mejor así.
Entrada del 6/10/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Vistas de página en total

 
Blogger Templates