Porque no se puede acusar al guardameta de retar con la mirada a la afición- por mucho que se haga eco el medio de un video de un aficionado- cuando en realidad lo que estaba era mirando atentamente cómo una persona estaba sufriendo un ataque epiléptico.
No todo el monte es orégano ni todo se hace mal, ni muchísimo menos, pero sí que se hace con prisas, a veces más de las aconsejables, porque la calidad de lo emitido debe prevalecer sobre la cantidad, a mi juicio. Este suceso debe hacernos recapacitar y pensar las cosas dos veces antes de publicarlas. Estoy seguro de que a mí me pasará algo parecido tarde o temprano- el karma, ya saben- pero es bueno tener presente nuestros errores para mejorarlos en un futuro.
Por si alguien no ha visto el suceso, aquí lo dejo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario