Sin embargo, el partido comenzó de una manera totalmente diferente a la que terminó. El conjunto visitante abrió los primeros 45 minutos con una posesión de casi cinco minutos que hacia inútil cualquier intento de presión de los vizcaínos. El Barcelona parecía no acusar el cansancio del martes en Supercopa de Europa, ya que había jugadores titulares ayer que no empezaron de inicio en Georgia, como Sergi Roberto, Bartra o Vermaelen.
Pero la cosa empezó a cambiar cuando la presión local fue más certera y los catalanes realmente no creaban peligro con balón. El Athletic perdió el miedo escénico de la situación y comenzó a llegar con mucho peligro al área de Ter Stegen, que ayer no tuvo su día. El portero alemán, en un despeje de cabeza que no debería haber hecho él, se alejó demasiado de su portería, lo cual aprovecho Mikel San José para reventar la bola, a la vez que ajustarla, en la portería culé desde el centro del campo.
Esta jugada fue el fiel reflejo del choque: un Athletic muy acertado y aguerrido ante un Barça timorato y sin nervio. Las sensaciones no cambiaron en la primera parte, aunque Messi, en su única jugada peligrosa de la noche, a punto estuvo de clavar un gran gol en la meta de Iraizoz, a lo que el arquero Navarro respondió con una bonita mano.
Aquí pudo cambiar el signo del encuentro, así como en los inicios de la segunda parte, en los que el cuadro azulgrana tuvo dos ocasiones seguidas, una de ellas al larguero, pero los vascos volvieron a hacer sangre en el tramo de mayor sufrimiento para ellos, cuando parecía que los catalanes despertaban de nuevo. Aduriz marcó el primero de sus tres goles tras un enorme cabezazo que deja en nada la estirada de Ter Stegen. El público congregado en el nuevo San Mamés estaba en éxtasis, y empezó a venirse arriba. Los leones se contagiaron del ambiente y se crecieron aun mas cuando Aduriz aprovechó un regalo de Alves en el área pequeña para hacer el 3-0. Esa jugada refleja claramente como estuvo la defensa de color mostaza y cuatribarrada. Para colmo azulgrana, hubo un penalti poco después de Alves sobre Etxeita que transformó Aduriz.
En definitiva, enorme partido del equipo bilbaíno ante un Barça muy flojo y apático, así como cansado, que tendrá que meter cinco goles sin encajar ninguno del Athletic en la vuelta del Camp Nou para ser Supercampeón de España y mantener vivo el sueño del sexteto.
PD: a mi juicio, este torneo no se debería estar jugando, pero todos sabemos que el dinero mueve mucho.
